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Junto a la carretera nacional 611 se levanta una pequeña y recogida ermita, en un principio dedicada a la Virgen del Camino ya que por allí transitaba el Camino Real que llevaba a Reinosa cuya advocación se trastocó por la de Virgen de la Piedad.
Quizá en sus orígenes, este edificio se construyó como un fielato donde se pagaban los derechos de consumo, con el fin de controlar la entrada de productos de consumo, y aplicar los arbitrios y tasas correspondientes. Hoy en día está dedicada a la patrona de esta villa, la Virgen de la Piedad.
El interior está decorado con un pequeño retablo de traza barroca, dorado, donde está colocada la imagen de la Virgen de la Piedad.
Esta recoleta ermita posee un bello romance:
“Era en Piña de Campos donde esto sucedió,
cuando a pasear iba por el campo un gran señor,
un enlutado jinete ante él se presentó,
ceremonioso saluda y seguido preguntó:
¿El más rico de esta villa, decidme quién es señor?
Y el señor le contestó: el que está en gracia de Dios.
En su fracaso furioso ha quedado el tentador,
se ha abierto a sus pies la tierra y luego se lo tragó.
Y el piadoso caballero, agradecido al Señor,
a la Virgen del Camino, una ermita levantó.
Esta es nuestra Patrona, la Virgen de la Piedad,
a quien los hijos de Piña, no olvidamos jamás”.
Read more …Ermita de la Virgen de la Piedad
Son muchas las muestras de arquitectura civil que podemos encontrar a lo largo de la localidad, entre casas palaciegas y restos de arquitectura cilvil medieval, entre las que destacan las siguientes.
Son varias las obras de arte que el paso del tiempo ha ido acumulando en la villa de Piña de Campos, como el Arco de la Plaza, el cual era la antigua puerta de la muralla, obra del siglo XVI; junto a él actualmente se levanta el ayuntamiento. El arco, aparece rematado por un sobrecuerpo de ladrillo con el reloj municipal y sobre él una campana.
Un edificio que destaca es la llamada “casa grande”, llamada así por sus grandes dimensiones. El edificio, de dos y tres alturas en algunos tramos, está construido en piedra de sillería, ladrillo macizo y tapial revocado. La parte central de la fachada principal está construida en piedra de sillería; en su parte inferior presenta una portada de medio punto de sillares almohadillados.
Esta gran casa solariega fue mandada construir en el año 1772 por Froilán Bruno de la Pinta García (7 octubre 1718-30 julio 1794), el pequeño de ocho hermanos; con el pasar de los tiempos llegará a ser licenciado, presbítero y beneficiado de la villa de Piña de Campos. En julio de 1757 será el abad de la cofradía de Nuestra Señora de la Asunción. Además de propietario de la mitad de la casa-grande. Su hermano primogénito, Miguel, era entre otros, capellán en la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, y propietario de la otra mitad de la casa-grande, falleciendo en torno al año 1764. Otro de los hermanos, Tomás, fue durante años alcalde de Piña.
Así podemos entender como la casa en un principio estuvo partida perteneciendo a dos personas, la fachada principal con fecha 1772, año en que Froilán la reforma una vez que sus hermanos habían fallecido, y la parte trasera de la casa, la del camino de las bodegas, que muestra la fecha de 1760 correspondiéndose con la mitad que perteneció a D. Miguel.
Durante el recorrido del canal de Castilla por este pueblo castellano, lo primero que encontramos, en el margen izquierdo, es una “Arca”, almenara de Carrevacas o caseta de riego, toda ella de piedra con remate en forma piramidal. Posteriormente y muy próximo al pueblo, podemos admirar el hermoso puente del canal realizado en piedra de sillería, de un solo ojo, en forma de arco elíptico cubierto con bóveda de cañón.
Seguidamente nos encontramos con un acueducto, realizado en piedra de sillería,de gran altura y un solo ojo; cuya función principal es permitir que las aguas del otro lado del canal puedan salir en dirección del río Ucieza.
No muy lejos del acueducto, encontramos otra “arca”, almenara de Fuentemanías, semejante a la anterior. Siguiendo en este margen, se puede ver la casa del guarda del canal, conocida en Piña como “caseta de Porfirio”
Se trata de un palacio renacentista, perteneciente a D. Diego Guerra San Miguel, (1560/70-1634) Deán de la catedral de México, Virrey de Nueva España y Tesorero de la Indias. Era el mayor de los hijos de Santiago San Miguel y Magdalena Guerra, hermana del Dominico Fray García Guerra.
En el año 1612 tenía uno de los beneficios de preste de la iglesia de San Miguel de Piña de Campos, además de una canonjía en la iglesia metropolitana de México, en Nueva España. Desde 1611 hasta 1612 ocupó interinamente el Virreinato de Nueva España tras la muerte de su tío.
La casa está construida en el S.XVII, en piedra, ladrillo y tapial.
La estructura interna del edificio ha variado en gran parte ya que la casa se dividió en varias ocasiones para convertirla en varias viviendas por lo que sólo queda de la distribución original el zaguán de entrada con una escalinata de piedra.
En la guerra de la independencia la casa es tomada como cuartel por las tropas francesas, sufriendo graves daños en pisos y cubiertas. Las vigas que soportaban la cubierta fueron cortadas una sí y otra no para ser empleadas como leña. La parte baja del edificio fue empleada como caballerizas.
En el año 1930 se construye en Piña de Campos el matadero municipal. Situado en el margen izquierdo de la carretera Nacional 611 Palencia-Santander, justo antes de llegar al pueblo, y colindante en su parte trasera con el arroyo del Val. Se trata de un edificio construido en ladrillo, planta cuadrada y tejado de varias alturas a dos aguas.
Seguidamente nos encontramos con un acueducto, realizado en piedra de sillería,de gran altura y un solo ojo; cuya función principal es permitir que las aguas del otro lado del canal puedan salir en dirección del río Ucieza.
No muy lejos del acueducto, encontramos otra “arca”, almenara de Fuentemanías, semejante a la anterior. Siguiendo en este margen, se puede ver la casa del guarda del canal, conocida en Piña como “caseta de Porfirio”
Se trata de un edificio construido en su mayor parte en el S. XVI, de estilo gótico purista, en piedra de sillería. Aunque las obras no terminarán hasta el S. XVII, posee un estilo unitario, lo que aporta al templo interés arquitectónico.
Desde su contemplación exterior el edificio presenta una cierta sencillez y austeridad decorativa; por el contrario, el interior sorprende muy gratamente a quien gusta del arte, al encontrarse sin sospecharlo con una iglesia construida en tres naves; destacando su equilibrio arquitectónico, su armonía, ecuanimidad y proporción del espacio, así como el valor de las obras que podemos encontrar dentro de ella.
La actual iglesia se construye sobre los restos de lo que fuera un primitivo templo románico del primer tercio del siglo XIII, de clara influencia cisterciense y del que únicamente quedan algunos elementos arquitectónicos como son:
El interior de la iglesia tiene tres naves separadas por columnas agrupadas de los que arrancan arcos apuntados; la de la izquierda llamada del Evangelio; la nave Central y la de la derecha llamada de la Epístola.
Las cabeceras de las naves laterales están coronadas con capillas funerarias separadas mediante bellas rejas del S. XVI.
Las bóvedas se construyen en bóvedas de terceletes y bóvedas de crucería estrellada de nervios rectos, salvo los tramos de la cabecera que presentan combados de diversas formas geométricas. Los nervios de las bóvedas arrancan directamente de las columnas y pilares dándole al edificio un fuerte sentido de ascensionalidad.
Todas las bóvedas están decoradas con rosetones medallones y pinjantes, tanto en la clave central como en las claves secundarias.
En los siglos XIV y XV, se realizan algunas obras sobre la vieja iglesia. En estos siglos se pudo realizar la pila del agua bendita, un “despidedero” para evitar que el agua de lluvia cayera desde la torre a una nueva capilla y otras obras hoy en día desaparecidas, como una capilla dedicada a San Sebastián y otra dedicada a San Blas.
Esta gran obra que ha llegado hasta nuestros días se documenta mayormente desde el año 1539/1547, aunque como se puede ver, existen reseñas anteriores a esta fecha.
Al frente de esta gran obra monumental se sitúa el maestro de obra Juan de Arce, junto con sus ayudantes, “el trío de los Fernandos” Fernando del Río, Fernando de la Puente y Fernando del Hoyo y finalmente Juan de Aras.
La iglesia tiene dos entradas y tres portadas: una de las entradas está ubicada a los pies de la iglesia, donde se encuentra situada la torre. Esta entrada posee dos portadas, la primera, a través de la cual se accede a la iglesia desde la calle, está formada por un arco de medio punto que se apoya sobre dos sencillas impostas sin decoración.
Esta primera entrada está protegida por un pórtico de finales del S XVII principios del S XVIII.
La segunda portada, de esta entrada, permite el acceso a la iglesia propiamente dicha, está formada por arquivoltas apuntadas, sólo decorada en las impostas con “motivos de billetes”.
En el lado de la Epístola, está situada la otra entrada, conocida como “puerta del sol”, es de arco rebajado, con un arco ciego de escaso fondo.
Esta entrada también estuvo protegida hasta finales de los años sesenta por un pórtico similar al de la otra entrada.
La torre de esta iglesia es de tipo pórtico, por lo que se sitúa a los pies del templo. La torre es prismática, potente y recia. En el último cuerpo de la torre se sitúa el campanario.
El frente de la capilla central está ocupado por su retablo mayor, barroco, de traza churrigueresca, de forma ochavada, con banco, cuerpo y ático.
El proyecto demuestra una sabia adaptación al conjunto arquitectónico de la capilla mayor puesto que se adapta a los ventanales existentes en la misma; de manera que el hueco inferior, ventana central, se utiliza como transparente, mientras que las dos ventanas superiores se rodean por la ornamentación del retablo, a manera de festones u orlas. La utilización de la luz, talla y arquitectura han buscado un conjunto escenográfico propio de la mentalidad estética barroca.
Por delante del transparente se coloca un baldaquino, en el que se sitúa una escultura de la Virgen de la Piedad (último tercio del XV).
La decoración escultórica del retablo se complementa con apreciables esculturas de San Pedro, San Pablo y de San Miguel Arcángel, todas de la época del ensamblaje. El Arcángel porta en su mano derecha una espada y en la mano izquierda un escudo con forma de sol.
El retablo fue ejecutado en 1692 por el ensamblador Santiago Carnicero y dorado como indica la inscripción en el año 1697 por Lucas de la Concha, Santiago Carnicero pudo también participar en las esculturas de este retablo, todas ellas en madera policromada.
En el muro del lado del Evangelio, del ábside central, hay una apreciable pintura, óleo sobre lienzo, de la Duda o Incredulidad de Santo Tomás, de buena factura, del primer tercio del siglo XVII.
Primer tercio del siglo XVII. Anónimo de escuela burgalesa
Esta capilla está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. En 1621 fue adquirida por Don Diego Guerra San Miguel. Se accede a esta capilla tras pasar una hermosa reja atribuida al taller palentino del vallisoletano Francisco Martínez, importante rejero del primer cuarto del siglo XVI.
El retablo de la capilla es barroco, del primer tercio del siglo XVII, del año 1634.
En el banco hay seis pequeñas pinturas sobre tabla que representan a Santa Clara, San Pedro, San Pablo, Santa Teresa de Jesús, la Huida a Egipto y San José carpintero con el Niño, del pintor Juan Blanco de Espinosa.
Destacan por su calidad las tres principales pinturas, en óleo sobre lienzo, del retablo, que debieron ser adquiridas por D. Diego Guerra San Miguel en Madrid, durante algunos de sus viajes de vuelta desde México a la península. Son obras atribuidas al pintor cortesano Vicente Carducho.
Estas tres pinturas son: la Adoración de los Reyes Magos, la Adoración de los Pastores y en el ático la pintura de la Coronación de la Virgen.
A cada uno de los lados de la pintura de La Coronación de la Virgen hay dos escudos de madera policromada alusivos a la familia de los Guerra.
A ambos lados del retablo, en la parte achaflanada que forma la pared frontal, y suspendidos a una cierta altura, se disponen dos nichos funerarios.
En el interior de los arcosolios se disponen las estatuas orantes del Obispo Diego García de Tera en el lado izquierdo y de D. Diego Guerra San Miguel en el lado de la derecha.
En el centro de esta capilla, desde hace más de cuarenta años, se encuentra la pila bautismal, anteriormente situada en el baptisterio,
Esta capilla funeraria, fue adquirida por el canónigo D. Diego González Quintero, natural de Piña de Campos, como capilla particular en torno a 1553, Este personaje era canónigo en la catedral de Málaga y beneficiado de la colegiata de Antequera y de la iglesia de San Miguel de Piña de Campos;
La capilla se cierra por tres bellas rejas, que junto a la mencionada en la capilla de los Guerra forman uno de los conjuntos más importantes de rejería en la provincia de Palencia.
Reja lateral, está formada por dos cuerpos y una labrada crestería.
En el medio del segundo cuerpo un gran medallón; en el anverso la efigie de Santiago peregrino, por el reverso presenta la fecha de construcción, 1553.
El frente de la capilla está ocupado por otra espléndida reja, consta de dos cuerpos y un remate superior en forma de crestería.
El primer cuerpo presenta puerta de dos hojas. La crestería. rematada en cruz, está formada por cabezas de serafines, roleos y candeleros de gran desarrollo.
Ambas rejas han sido atribuidas al rejero vallisoletano Francisco Martínez, aunque según otras fuentes esta reja frontal es atribuida a Juan de Vitoria (1568).
En un arco abierto en esviaje, se encuentra otra reja, de menores dimensiones que las anteriores. Fue realizada en 1568 por el palentino Juan de Vitoria y Gonzalo González Quintero, sobrino del patrono.
La capilla se adorna con un bello retablo de estilo renacentista, del siglo XVI, en el banco, tablas pintadas con los temas del Santo Entierro, la Adoración de los Pastores y un relieve central de Llanto sobre Cristo Muerto.
En el primer cuerpo relieves de San Juan Bautista y San Andrés; en el centro una talla de Santiago Caballero.
En el segundo cuerpo, dos pinturas sobre tabla que representan la Flagelación y el Descendimiento, y escultura de la Asunción en el centro, rodeada de angelitos. En el ático el Calvario. Corona el retablo un busto del Padre Eterno.
Las esculturas son obra de Manuel Álvarez, las pinturas se deben al pintor Juan de Villoldo, discípulos ambos de los Berruguete.
Esta sacristía alberga una de las salas del museo.
En diversas vitrinas se exhiben piezas de vestimenta de gran valor: Dalmáticas, casullas, capas pluviales, el manto de la Virgen, y un pequeño estandarte del día del Corpus. Todas bordadas en hilo de oro.
Del segundo tercio del siglo XVIII.
En el banco, dentro de una hornacina lobulada hay una escultura de Ecce Homo transformado en Cristo Yacente, del S. XVI.
En el cuerpo, gran pintura de ánimas que se estructura en varias franjas para mostrar el Juicio Final. En la parte inferior el infierno, siete filacterias con los siete pecados capitales, y todo un conjunto de demonios y atormentados.
En el centro San Miguel pesando las almas (psicostasis), porta balanza en la mano izquierda y espada en la mano derecha; a sus pies, el Purgatorio a la izquierda y el Limbo a la derecha; encima la gloria con San Francisco y San Juan y Santo Domingo y la Virgen en los laterales de la composición. Cristo aparece sobre el globo terráqueo en el cual se representa el pecado original, con Adán y Eva en el paraíso
El retablo del Evangelio es barroco de traza churrigueresca, del primer tercio del siglo XVIII. Presenta esculturas de la Inmaculada Concepción, San Isidro labrador, San Francisco Javier y San Juan Bautista.
El retablo de la Epístola, es de traza churrigueresca, de primer tercio de siglo XVIII; En la hornacina central escultura de la Virgen del Rosario; en las laterales Santa Bárbara, Santo Domingo y San José en el ático.
Retablo de finales del siglo XVIII, anónimo de escuela castellana, está dedicado al Corazón de Jesús. En el primer cuerpo, encontramos dos pinturas de la época, que representan a San Estanislao de Kostka y a San Luis Gonzaga. Además de la hornacina central donde está ubicada la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, del siglo XIX;
En el ático, una pintura de la Virgen con el Niño.
La sacristía está formada por un bello recinto de dos tramos cubiertos con bóveda de crucería mixtilínea, que dibujan combados de forma estrellada en el centro.
En el año 1547, Juan de Aras, cobró seis ducados de la iglesia de San Miguel Arcángel de Piña de Campos por las tareas de ciertas obras, la sacristía, que iban a hacer Juan de Arce y Fernando del Río.
Las primeras cajoneras fueron realizadas en el año 1560 por los entalladores Juan Ortiz, “el Viejo” y Antón de Santa Clara.
En la pared de la derecha se encuentran dos pequeños espacios en la pared, cerrados por gruesas puertecillas de madera, con dos y tres cerraduras y una buena labor de herrajes. Estos huecos pudieron ser construidos para guardar dinero, objetos litúrgicos y documentos de gran valor.
En la pared de la izquierda, bajo un pequeño arco de medio punto, se encuentra un aguamanil, todo él en piedra, con su pila y su pequeño depósito para el agua, decorado con gallones, coronado en forma de concha.
Está ubicado en el segundo cuerpo de la torre, se abre hacia la nave central de la iglesia a través de un gran arco apuntado, precedido de una balaustrada. La parte central de dicha balaustrada presenta las armas, el escudo, de Fray Bernardo Manrique de Lara (Aguilar de Campoo 1500 – Málaga 1564), Obispo de Málaga desde el año 1541, hasta su fallecimiento.
El coro está formado por una sillería de 17 asientos, de madera de nogal con los respaldos decorados con motivos geométricos y de cadeneta, salvo el asiento central que está decorado con un escudo formado por cuatro piñas.
Esta obra se contrató en principio, año 1570, con los entalladores palentinos Marcos Antezana y Baltasar Hernández, quienes no debieron de realizarla.
Posteriormente en 1602 se contrata a Juan Rey, pero tampoco debe ser obra suya, ya que consta en los documentos parroquiales que la sillería fue hecha por el ensamblador palentino Juan Sedano entre 1631 y 1632.
Read more …Iglesia de San Miguel
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